jueves, 5 de noviembre de 2009

Territorios” Estado, identidades territoriales y autonomías en la región amazónica de Bolivia.


El siguinte texto es una presentacion de la lectura realizada de "Territorios” Estado, identidades territoriales y autonomías en la región amazónica de Bolivia, escrita por Wilder Molina.


El autor expone conceptos sobre la delimitación, formación e identificación bien sea desde lo político, económico, social, formación, cultural, espacial, geográfico o ecológico de la región amazónica de Bolivia, analizando diferentes modelos sobre los que se puede concebir la región amazónica.


Los Departamentos de Beni (fundado por los jesuitas a finales del siglo XVII en territorio de los pueblos Moxos) y Pando (que hacia parte de las colonias del noreste) están situados al norte de Bolivia y hacen parte del territorio de la amazonia. El primero, asentamiento caracterizado por el asiento de familias con ocupación primordialmente ganadera y el segundo, fundado a partir de colonización de las industrias caucheras. Desde los primeros años de la república hasta finales del siglo XIX, se emprendieron acciones para ampliar la presencia del estado en estas regiones “Nacionalización territorial”, como la creación del departamento del Beni, en 1848, viajes de exploración fluvial, elaboración de cartografía, creación de autoridades que representen el estado (burocracia local), exploración y explotación de los recursos naturales (en especial caucho y quinua). La presencia del estado fue fuerte y tenia como fin la captación de los recursos generados en la región y no el del desarrollo y planificación territorial, razón por la cual se vio una desarticulación respecto a la administración central y debilidades para controlar los márgenes de la “nación”, el gobierno se ha preocupado por ver a la región como una unidad territorial, sin advertir su inexistencia como sociedad territorial.


En las primeras décadas del siglo XX, la Amazonia boliviana era una región en formación, sin hacer parte del imaginario de la nación y resaltando mas por su estado de independencia, organización política y abandono del estado. En la región habitan aproximadamente unas 170 mil personas, ubicándose mayormente en las áreas urbanas y manteniendo hasta hoy un flujo constante de migración. Las principales poblaciones son Trinidad, Riberalta, Guayaramerín, Cobija y San Borja. La configuración urbana hace necesaria una organización diferente del estado, bajo condiciones de descentralización que aseguren su presencia económica y burocrática en proporción a su población.


Las ciudades en la región amazónica son lugares de conformación de nuevas identidades urbanas configurándose por su cualidad multicultural al ser receptoras de migración. Existe un reconocimiento previo de la ciudadanía multicultural en donde se reconoce la composición de la sociedad por diferentes grupos culturales (Haciendo especial énfasis en su ocupación o en lo económico), pero no se ha reconocido ni creado respeto de los valores de dicha multiculturalidad.


En los departamento de Beni y Pando, los municipios comenzaron a funcionar como el referente de demandas de desarrollo local y de expresión de identidades territoriales, lo que el autor ha llamado municipalización (desarrollada de 1993 a 2002), lo que implica que no dependen de una capital provincial y que todos los municipios tienen el mismo estado jurídico frente al estado. Los sistemas de actores territoriales ahora se configuran en torno a los municipios. La ley de participación popular, establece al gobierno municipal como el principal actor estatal y al comité de vigilancia como representante de la sociedad civil. Lo anterior da como resultado que en los municipios exista una identidad comunal y no exista una identidad territorial que los integre al territorio.


El autor expone el problema de articulación política, administrativa y presupuestal que surge en la zona tanto en lo intermunicipal o inter subregional y pone sobre la mesa el abandono por parte del gobierno central. Como respuesta a esta situación surge la idea de las mancomunidades que busca la articulación entre los actores político – territoriales, es decir, una interacción de los representantes locales – municipales en torno a objetivos comunes, pero que no responde necesariamente, a una lógica de la formación de regiones o provincias en tanto sociedades territoriales; así las mancomunidades se convierten en alianzas de actores por proyectos y no por razones territoriales, tienen fuerte subvención estatal, con el aporte financiero y técnico de proyectos del gobierno nacional buscando romper el efecto localista de la participación popular, de esta forma no se habla de un espacio geográfico y por lo tanto no se puede hablar que estas alianzas tengan autonomía político – territorial.


Con la ley de participación popular y la ley de de municipalidades y con la idea de dar mas participación a las comunidades indígenas se forman los distritos municipales indígenas, estos son porciones territoriales dentro de un municipio que pueden expresarse como tierra comunitaria de origen (TCO) y que son identificadas como comunidades de planificación para el desarrollo municipal.


Para su creación debe demostrase una comunidad cultural y una forma de uso de recursos naturales en una organización que los integra y representa. En la actualidad en los departamentos del Beni y Pando existen 23 TCO. Están limitadas por su falta de claridad jurídica respecto a tamaño y extensión y no han logrado cerrar su alcance geográfico. Las TCO tiene poca participación en los planes de desarrollo local por falta de experiencia técnica en la gestión municipal y porque las inversiones están dirigidas a la centralización urbana.


El autor reflexiona sobre la diferencia entre entidades jurídicas y sociológicas en lo referente a la región, departamento, territorio o espacio. Realiza una diferenciación entre región como unidad política – administrativa y región como construcción social. Habla de los diferentes puntos de vista de organismos internacionales y nacionales que intentan definir la región amazónica boliviana, mostrando como no hay usos precisos de los conceptos de región, territorio y espacio y que muchos de estos intentos de definición están parcializados utilizando un solo eje como por ejemplo lo geográfico, lo ambiental, los siclos económicos, la delimitación de territorio, la presencia del estado, la conformación social o la ecología. La conceptualización de la región amazónica se divide entre lo sociológico y lo territorial, no hay un sujeto colectivo que exprese la región como un todo territorial. El debate sobre la especificidad territorial y cultural de lo amazónico no se ha resuelto ni ha adquirido un grado fuerte de politización, como los conceptos de autonomía y gobierno departamental. La región amazónica es un espacio, no un territorio ni una sociedad territorial, posee una condición como región ecológica y a la vez, contiene territorios, espacios y sociedades locales al margen de las unidades territoriales definidas por el estado.

lunes, 2 de noviembre de 2009

COLONIZACION EN BOLIVIA


Resumen de la lectura "Bolivia no excusa, a quien quiera que sea, sus tierras Baldías” de Pilar García Jordán.


La autora aborda la formación política de las fronteras interna y externa a través de su formación y desarrollo, tomó como eje principal delimitante de su trabajo la colonización en los países andino amazónicos, en el periodo comprendido desde 1880 a la segunda década del siglo XX. Sus reflexiones se centran principalmente en la antigua Audiencia de Charcas (Orientes bolivianos con un marco temporal entre 1880 y 1899) en donde la oligarquía conservadora diseño una política basada en la colonización (en especial de inmigrantes extranjeros) que permitió el control efectivo del territorio, desarrollando la frontera interna y la nacionalización de los territorios en litigio con los países vecinos. El objetivo era el ingreso del país en el “concierto de las naciones civilizadas” tanto desde lo económico con la explotación de recursos naturales (en especial el caucho) como en lo político con estrategias como el control del territorio, sus habitantes, la construcción de la nacionalidad y la soberanía Boliviana.
En la década de los 1880 Bolivia desarrollo una progresiva modernización de la economía y de la política que lo llevo a definir sus fronteras claramente, tomando como base las siguientes políticas:


1. Fomento de expediciones: en donde a los expedicionarios se les concedía grandes extensiones de tierra y otras preventas a cambio del reconocimiento del territorio, la construcción de caminos o la conquista de los “barbaros”. Con esto la elite de gobierno boliviano quería consolidarse como grupo dominante y mostrar su capacidad para ocupar y mantener integro el territorio estatal.

2. Creación de la ley de la regulación de las colonias: ley 13.11.1886, esta regulo la fundación de las colonias y la venta y concesión de las tierras. Inicialmente las tierras se asignaban previa exploración pero se determinó que esta medida impedía el desarrollo de la agricultura; por lo cual se decretó la ley 12.04.1880 en la cual cualquier individuo podía solicitar la adjudicación de hasta 100 hectáreas de terrenos baldíos, debiendo pagar un boliviano por hectárea, el beneficiario debía realizar el deslinde y amojamiento de los lotes con posterioridad a su otorgamiento, esta medida fue en detrimento de las arcas publicas, razón por la que se deroga en 1881. Fue aquí donde surgieron los grandes empresarios caucheros – “Pioners del progreso”.

3. Reforzamiento de las colonias militares, misiones católicas y empresas industriales: sus objetivos eran la fundación de núcleos poblacionales, la reducción de los indígenas que obstaculizaban la colonización y el libre transito del territorio. Las misiones de zonas ricas en recursos naturales o cruces de caminos una vez que pasaban la fase reduccionista de la comunidad indígena se veían atacadas por los colonos que pretendían acabar con la tutela de la iglesia y restaurar el “pleno goce de derechos civiles”, bien sea para hacer usufructo de esa región o para la utilización de los indígenas como mano de obra en las empresas caucheras, la resolución de estos conflictos se realizaba con el gobierno local y en caso de que este fuera deficiente con el poder central. El termino “colonias industriales” en las cuales inicialmente se incluía toda unidad productiva, agraria, pecuaria o extractiva fue remplazado por el de empresas caucheras al ser esta actividad la más sobresaliente, lo cual impulso políticas de fomento de esta actividad, la explotación cauchera permitía la consolidación de poblaciones, en zonas inaccesibles para la inmigración común.

4. Impulso a la inmigración extranjera: Con el impulso de Políticas de colonización con preferencia a inmigrantes, se recomendó a los cónsules bolivianos que divulgaran las riquezas del país y se decreto el establecimiento de una oficina de Inmigración, Estadística y Propaganda geográfica en 1896. Sin embargo las políticas tenían inconsistencias y como prueba se tiene que el primer “Reglamento de inmigración libre” se aprobó en 1907 por lo cual la inmigración colonizadora extranjera fue solo teórica.

5. Reconocimiento de territorios como entidades político – administrativas: Caso del territorio de Colonias del Noreste; delegaciones Madre de Dios y el Purús. Este reconocimiento fue dado en 1900 reivindicando la soberanía de la región boliviana, el desarrollo de las colonias y en control del movimiento comercial producido en torno a las actividades caucheras.


La autora muestra como las políticas gubernamentales bolivianas frente a un progreso económico, social y político, se enmarcaban dentro de la inmigración, la fundación de colonias y el control del territorio fomentando un imaginario boliviano en que los territorios orientales debían ser incorporados a la “nacionalidad”, discurso que tenia sus inicios en 1840 y que se consolido entre 1880 y 1890. Esta política de ocupación, que fracasó, al no poder poner en practica la legislación se promovió por la perdida del llamado litoral boliviano (brindando la posibilidad al gobierno de reparar el orgullo nacional) y como sustituto o complemento a la economía argentífera en decadencia (promovida por los grupos chuquisaqueños).